Patrimonio Natural

Sierra de Gádor

Berja ocupa la parte occidental de esta enorme mole de roca caliza, que se extiende hacia el este hasta alcanzar la capital almeriense. Su impresionante estampa, nevada gran parte del año, domina el paisaje del poniente almeriense y de las alpujarras orientales.

Berja es un punto privilegiado para aproximarse a este importante espacio natural, declarado a nivel europeo como lugar de interes comunitario, principalmente por su diversidad florística. Entre la fauna destaca el águila real en las cumbres, mientras que en los cantiles de las zonas más bajas compiten el búho real y el águila perdicera. En los densos pinares es fácil escuchar al gavilán y al azor. También se refugian aquí mamíferos típicamente forestales como el jabalí, el gato montés y la ardilla. La Sierra cuenta también con una importante población de cabras montesas, fáciles de observar en nuestros recorridos por la Sierra.

Los pinos carrascos, procedentes de repoblaciones, ocupan hoy una sierra antaño habitada por millones de encinas, la mayoría de las cuáles sirvieron de combustible en las fundiciones de mineral. La Sierra conserva todavía muestras de la actividad minera, algunas de las cuáles se pondrán próximamente en valor, y que forman una parte importante de la memoria histórica y cultural de nuestro pueblo. Además de los valores culturales, la Sierra ofrece valores naturales excepcionales, como son la existencia de varias especies de plantas e insectos (incluidas algunas mariposas) endémicas de sus cumbres, es decir, especies que no viven en ningún otro lugar del mundo.

Pero el gran regalo que la naturaleza de la Sierra de Gádor ofrece al ser humano es el elemento esencial para la vida, el agua. El agua de lluvias y nieves disuelve poco a poco la roca caliza y viaja por su interior, en un viaje que puede durar años. La Sierra actúa como una enorme esponja, absorbiendo y almacenando el agua y dejándola escapar lenta y continuadamente por las fuentes y manantiales de Berja, al pie de las montañas.

Entre los usos actuales más importantes de esta área destacan el ganadero, el cinegético y el turístico-recreativo, ya que reúne unas características que lo hacen ideal para actividades deportivas relacionadas con el medio ambiente, como el senderismo, escalada o parapente. Los accesos a la Sierra y a la realización de estas actividades parten del Parque Periurbano de Castala, junto a la pequeña barriada del mismo nombre, a 8 km. de Berja por la carretera que parte desde la circunvalación del núcleo urbano.

Parque Periurbano de Castala

Se trata de un antiguo vivero forestal destinado a producir las plantas para la reforestación de la comarca. Concluidos los trabajos de repoblación para los que fue construido, las instalaciones e infraestructuras de carácter agrícola existentes en la finca, sufrieron una transformación dando como resultado final un espacio verde para el ocio.

Esta circunstancia, unida a la envidiable situación orográfica de la finca, estribaciones de la Sierra de Gádor, le confirió la denominación de Complejo Recreativo pionero en la provincia, siendo el más completo y extenso de la misma, con una extensión de 14 has. Su declaración como Parque Periurbano surge a través de la Consejería de Medio Ambiente mediante la Orden de 31 de mayo de 2000, por la que se constituye como un Espacio Natural Protegido de carácter recreativo.

El progresivo incremento de la afluencia de visitantes, justifica plenamente su declaración como Parque Periurbano y la mejora y ampliación que se ha llevado a cabo. Su grado de aceptación es muy alto, no solo por la calidad de sus instalaciones, sino también por la situación estratégica en la que se encuentra, próxima a los núcleos del Poniente y a la propia capital almeriense.

Las principales actuaciones realizadas son: mejora de los caminos, creación de una nueva zona de baño así como de vestuarios y aseos, restauración del área de barbacoas, construcción y remodelación de las zonas deportivas y de juegos infantiles, instalación de barandillas de madera, adecuación de un área de acampada, y limpieza y mejora del entorno.

Esta relación entre ocio y naturaleza, facilitada por el completo equipamiento, hace posible el disfrute de todos aquellos que prefieran pasar una agradable jornada rodeados de un entorno y unas instalaciones únicas, así como de los que pretendan realizar actividades de turismo activo (senderismo, parapente, bicicleta).

Río Chico

Los barrancos y ramblas que bajan desde la vertiente virgitana de la Sierra de Gádor se esparcen por toda la Vega de Berja, regándola y fertilizándola, para unirse después en un único cauce, el Río Chico, que se encajona en un estrecho y fértil valle. Su caudal es variable, llegando a secarse durante los meses de estío, aún así conserva una llamativa vegetación de ribera.

Descendiendo por el valle encontramos pequeñas cortijadas dispersas de origen agrícola, muchas de ellas rehabilitadas como segunda residencia. Podemos acceder desde el núcleo urbano de Berja, en dirección a la barriada de San Roque.

Río Grande

El Río Grande recoge las aguas de parte de la vertiente sur de Sierra Nevada, motivo por el cual se construyó el embalse de Benínar, que inundó la barriada que le da nombre.

Embalse de Benínar

Tiene una capacidad de 80 Hm. cúbicos que se utilizan en su mayoría para los riegos agrícolas del poniente almeriense pero, además del aprovechamiento hídrico, sus favorables características le confieren un especial atractivo recreativo, basado en los deportes acuáticos y unas espléndidas vistas de las sierras de Gádor y Nevada. En este marco incomparable se han celebrado varias ediciones del Campeonato Andaluz de Piragüismo. La vegetación que rodea el pantano, y la existencia de peces, nos permitirá observar diferentes especies de aves acuáticas.

La próxima apertura de un camping permitirá al visitante disfrutar al máximo de las posibilidades de este espacio. Al embalse podemos acceder desde Berja por la carretera de Turón. Desde los ochenta metros de altura de la presa, contemplamos cauce abajo un estrechamiento conocido como el Cañón del Río Verde.

Fuentes de Marbella

El agua que se infiltra desde el Embalse de Benínar surge al cauce justo después del Cañón del Río Verde, en el paraje conocido como Fuentes de Marbella. El caudal de este manantial es elevado y regular a lo largo de todo el año, permitiendo la existencia de una densa vegetación de ribera que cobija a un gran número de aves. Aquí vive también el fartet, un pequeño pez de aguas continentales en peligro de extinción, que cumple una importante función ecológica para el ser humano, pues se alimenta de larvas de mosquitos.

A las Fuentes de Marbella llegamos desde Berja por la carretera de Turón. Descendiendo el valle, a nuestra derecha observamos las estribaciones de la Sierra de la Contraviesa, que se eleva hacia la provincia de Granada, famosa por sus vinos ampliamente degustados en la gastronomía local. Este valle presenta la misma estructura de poblamiento que el valle de Río Chico.

Cuando ambos ríos se unen formando el Río Adra, ya nos encontramos prácticamente en los límites del término municipal, y habremos disfrutado de un encuentro único entre el agua y la aridez predominante en la provincia de Almería. Como la Sierra de Gádor, estos cauces se encuentran protegidos a nivel comunitario, bajo la figura de LIC.

Vega de Berja

Las fértiles tierras de la comúnmente llamada “Hoya de Berja”, una llanura rodeada de montañas, permitieron el desarrollo de un complejo entramado agrícola que alcanzó su esplendor en la época árabe, con el agua como gran protagonista. Los núcleos de población crecieron alrededor de las acequias, conducciones de agua que se mantienen hasta nuestros días. Aunque los cultivos han pasado desde las moreras de los árabes, hasta la uva (siglos XIX y XX), a los cultivos bajo plástico en la actualidad, los virgitanos no han perdido su arraigo a la tierra y al saber hacer. Esto se demuestra en las producciones de calidad, contrastadas por estrictos sistemas de control, que se obtienen de nuestros invernaderos, la mayoría empresas familiares: pimientos, pepinos, calabacines, judías verdes, berenjenas, sandías, melones y tomates.

Bajo el plástico o la maya se crea un microclima propicio para el desarrollo de estos cultivos, incluso en los meses invernales, debido a las numerosas horas de sol.

La expansión de la agricultura ecológica y de la lucha integrada, que reduce al mínimo el uso de productos químicos sustituyéndolos, en la medida de lo posible, por productos naturales y lucha biológica, augura un prometedor futuro a la actividad, en consonancia con el medio ambiente, y nos habla del carácter innovador y emprendedor de los virgitanos y virgitanas.

Litoral de Balanegra

Se trata de un floreciente y pujante núcleo costero y agrícola que surge en el siglo XVI como compensación a Berja por la pérdida sufrida en la delimitación municipal con Adra, razón que explica por qué curiosamente Berja dispone de algo más de dos kilómetros de costa. Domina este litoral la antigua Torre de Alhamilla, vigía costera contra los ataques de los piratas del norte de África. La playa de Balanegra es una de las pocas del poniente almeriense cuyo carácter no es regresivo, no pierde arena, y cuyas edificaciones no provocan el denominado “efecto pantalla”, puesto que no presentan alturas y dimensiones de grandes magnitudes.

Excelentemente comunicada con la Autovía del Mediterráneo, Balanegra es hoy día un interesante foco turístico, principalmente de tipo residencial, debido a su escasa masificación y a la tranquilidad de su costa, junto con la calidad de sus aguas.

Torre de Alhamilla

Construida para vigilar el mar de las posibles incursiones berberiscas o de piratería, data de principios del siglo XVI y se encuentra delimitando los municipios de Berja y Adra. Alzada sobre un cerro, era cilíndrica, tenía doce metros de alto y dominaba dos leguas al sur.